Responsabilidad Social Empresarial

Responsabilidad Social Empresarial (RSE)

La Responsabilidad Social Empresarial es un estándar para las empresas que ha crecido en el último tiempo. Debido al cambio generacional, los consumidores están cada vez más exigentes. Necesitan saber qué hay detrás de una marca y necesitan saber que sus prácticas son éticas.

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es entonces, un conjunto de prácticas y estrategias empresariales enfocadas en reducir al máximo cualquier tipo de perjuicio ocasionada por su actividad. Ya sea, medioambientales, laborales, sociales u otros.

¿Cómo se compone la Responsabilidad Social Empresarial?

El RSE se basa en todo el proceso de la administración:

  1. Planificar una estrategia que provoque el menor daño
  2. Esparcir una filosofía y educar a toda la fuerza laboral para aplicar estas prácticas
  3. Evaluar si estas prácticas han sido aplicadas y en su conjunto cómo han afectado a otros.
  4. Buscar nuevas y mejores soluciones.

Todo este análisis debe estar basado en los “StakeHolders”, que son los grupos de interés para la empresa. Es decir, quiénes podrían verse afectados por las prácticas de la empresa. Entre ellos se encuentran: sus trabajadores, la comunidad que vive en los alrededores, activistas e interesados en el medio ambiente y la salud pública (como ONGs), accionistas, proveedores, clientes, etc.

¿Qué temas abarca la Responsabilidad Social Empresarial?

  1. Temas medioambientales: Es decir que la fabricación de sus productos no afecte al medio ambiente, ya sea desde la utilización de materias primas, su elaboración, empaque y la basura que genere su actividad comercial, como es el caso de los empaques en bodegas o residuos en los puntos de venta.
  2. Condiciones laborales: Los trabajadores de una empresa no deben ver afectada su calidad de vida por el trabajo realizado en ella. Es decir, que cuenten con las medidas de seguridad necesarias dentro de la empresa, instalaciones para mejorar su rutina laboral, etc.
  3. Temas sociales: Las empresas no deben discriminar arbitrariamente a las personas. Sus prácticas deben ser aptas e inclusivas. Por ejemplo: acondicionar sus locaciones para que sean aptas para personas con limitaciones físicas o intelectuales. Incluir personal de minorías: personas de la tercera edad, discapacitados (física e intelectualmente si es que están capacitados para desarrollar cierta labor), equidad de género, incluir personas extranjeras, de diferentes etnias, razas, religiones, condición sexual, etc.
  4. No afectar a la comunidad local: Por ejemplo, la presencia de una productora multinacional puede afectar la calidad de vida de quienes viven allí. Ya sea por la modificación de su entorno o porque podría afectar económicamente a pequeños productores locales.
  5. Otros grupos de interés: No generar conflictos con organizaciones preocupadas por ciertos temas específicos. Como ONGs, activistas, asociaciones, etc. Y ayudar, por ejemplo, donación de dinero a colectas.

¿Por qué esto es de interés para las empresas?

Además de una consciencia ética, las empresas pueden obtener beneficios de estas prácticas. Hay muchos grupos interesados en que las compañías se preocupen de estos temas, como por ejemplo los gobiernos. Las empresas pueden recibir certificaciones de calidad y ser reconocidas en el mercado limpiando su imagen. Además, cada vez más los usuarios son más exigentes y les preocupa lo que hacen las empresas. Actualmente, las personas tienen mayor poder de información y difusión, por lo tanto, de organización.

El ser reconocido por ser una empresa responsable, además de ser gratificante, podría ser una buena estrategia de marketing para capturar a un mercado interesado en estos temas. Podría justificar por ejemplo el precio de ciertos productos, etc.

Lo importante es entender, que el RSE busca ir más allá de lo que es exigido por la ley. Es buscar realmente el no ocasionar daño y a la comunidad, y, además, tratar de ayudar y compensar.

 

Deja una respuesta